Cómo hacer una entrevista de trabajo

Cómo hacer una entrevista de trabajo

Este es el típico artículo que nunca debería escribir por que es demasiado auténtico y todos sabemos que dejar miguitas de pan en internet no es buena idea, pero he pensado que debía escribir un post de cómo hacer una entrevista de trabajo. Qué tontería.

Este artículo lo escribí en el año 2014. Un par de años después un chico al que entrevistamos como consultor se vino con los deberes aprendidos y me confesó meses mas tarde, que había estado buscando información sobre mi en la red y había llegado a este artículo. Utilizó mis propios consejos contra mí, pero en el fondo, me encantó que lo hiciera (y que me lo dijera más tarde), porque una entrevista, debe ser una herramienta para darse a conocer, y es demasiado habitual que se convierta en un juego sin sentido que no sirve para nada.

Lo primero que debo aclarar es que llevo desde el año 2000 haciendo entrevistas de trabajo. Es un tema que me gusta, y después de este tiempo, supongo que no se me da mal. Me la han colado, varias veces, pero creo que sé reconocer cuando alguien tiene potencial y encaje en el equipo: es lo que más me motiva a seguir haciendo entrevistas, de hecho, pocas empresas de nuestro tamaño tienen un departamento de RRHH y estoy seguro que muy pocas grandes consultoras se lo curran como lo hacemos nosotros, en el fondo no es trivial hacer una buena entrevista de trabajo.

Habrás leído muchas cosas, y créeme, también me ha tocado sufrir las entrevistas de trabajo desde «el otro lado», y sé lo que siente. He entrevistado a chavales de 18 años, y a hombres hechos y derechos de cincuenta y tantos. Hombres, mujeres y gente muy quemada, y también, mucha gente que no tenía claro a lo que iba allí. He visto cosas que no creeríais, pero seguro que preferís que me calle y empiece a soltar esos truquillos para hacer mejor una entrevista, así que vamos allá.

Consejos generales 

  1. No te flipes. Eso que has leído sobre Google sobre preguntas extrañas y que parecen una tomadura de pelo no es más que una forma de ponerte nervioso. Hasta la propia gente de Google lo ha reconocido. Sí, hay gente que lo sigue usando, ¿pero crees sinceramente que es la única razón por la que no te han llamado?. Quizás reciben 10,000 solicitudes. Yo también haría algo radical para filtrar ese volumen. ¿Has probado tu algo radical para llamar su atención?.
  2. Vigila tus perfiles en redes sociales. Es una fuente primaria de información para la persona que hace la selección inicial. Si apareces borracho e inconsciente en una foto, o con proclamas políticas extremistas o no mencionas ninguna de las aficiones que supuestamente son tan importantes para ti en tu CV, empiezas mal. ¿Dices que te apasiona la informática?, demuéstralo, no sólo en la entrevista, si no en tu huella digital.
  3. Si te preguntan que harías si ves a una tortuga boca arriba en un desierto. Ríete de forma desenfadada, y contesta sin darle importancia que primero beberías su sangre para no deshidratarte, y luego la desollarías para protegerte del sol con su caparazón. Espera, era una broma:¡Oh mierda!, ¿de veras te lo has creído?. ¿No has leído el punto 1?. ¿De veras quieres trabajar en una empresa así si de veras hicieran esas pregunta?. Si aún así te la preguntan -la pregunta es real-, tómate tu tiempo pero no te lo tomes demasiado en serio y sonríe.
  4. Generalmente se valora más la actitud que la aptitud. Si no lo tienes claro, piensa que si te han llamado es porque lo que han visto en tu CV encaja con lo que buscan, ya tienes el primer filtro (aptitud) casi ganado, a falta de una prueba técnica. Desde el momento en que entras en la sala, tienes que demostrar, con tu actitud, que eres la persona adecuada, puede que no seas el que más sabe, pero de ti depende ser el que mejor encaje.
  5. No pretendas ser más listo que el que te entrevista. Domina esos impulsos. ¿Qué harías tu en el caso contrario?. Por muy profesional que seas como entrevistador y los criterios intenten ser objetivos, la sensación, el feeling y la intuición sigue siendo clave en las entrevistas.
  6. Para un puesto a corto plazo se busca más que sepas lo que se necesita de forma inmediata, se buscan aptitudes y conocimientos concretos. Para un puesto con más recorrido, se busca alguien que se pueda adaptar y aprender fácilmente (actitudes, potencial y conocimientos generales). Tú verás donde quieres encajar. Luego no te quejes si te «usan y tiran».
  7. Un buen entrevistador te hará sentir cómodo, para que tu mismo te ahorques con la cuerda que sin darte cuenta te vas enredando al cuello. Ten las cosas claras y procura no salirte del guión, por muy cómodo que te encuentres recuerda que estás en una entrevista profesional, no haciendo amigos para irte a tomar unas cañas después.
  8. Prepara la entrevista. El entrevistador querrá saber por qué te fuiste de tal empresa (y si te echaron más te vale dar una respuesta convincente). También querrá saber por qué elegiste tal empresa, o por qué estudiaste tal curso. Quizás pregunte por qué tienes un extraño hueco en tu currículum o por qué has estado sin trabajar X tiempo. Prepara la respuesta. Hazlo concienzudamente. No dejes cabos sueltos.
  9. No existe improvisación, existe la preparación.

  10. No mientas en tu nivel de inglés. Igual te sorprende haciendo un trozo de entrevista en inglés si realmente el idioma es importante para el puesto. ¿Estás preparado?.
  11. Investiga tanto como puedas la empresa, incluso al entrevistador, si sabes su nombre de antemano, nada deja mejor impresión que alguien que se ha preparado la entrevista a conciencia.
    Demuestra inteligencia, experiencia, astucia y esfuerzo. Cuanta más información tengas, mejor podrás gestionar la entrevista ¿tu entrevistador es un friki?, ¿es un pijo?, ¿es un fan del heavy metal?, ¿es un abnegado padre de familia?, ¿es religioso?. Son datos que pueden ser muy útiles a la hora de preparar la entrevista.
  12. Nunca mientas. Si te pillan en una mentira, antes, durante o después de la entrevista, estás acabado y créeme, al final se sabe todo. El mundo es muy pequeño y me han pedido referencias de personas que conocía muchas veces, y yo he hecho lo mismo. Quedar como un mentiroso en terreno profesional, es ser muy necio.
  13. Se escrupulosamente puntual. Si llegas pronto, espera en el portal o en la recepción. Tu tiempo no vale más que el suyo y si llegas antes, le estás diciendo eso de forma indirecta. Lo mismo que si llegas tarde, no respetas su tiempo. No llegues tarde. Nunca.
  14. Se cordial. Da igual si te han hecho esperar 30 minutos. Sonríe siempre. Si entras con mal gesto, ya has tirado a la basura más de la mitad de la entrevista.
  15. Los primeros cinco segundos generan la primera impresión que tenemos de una persona. Eso que llaman lenguaje no verbal, expresión corporal, feromonas, o qué se yo, pero el caso es que si entras con mal pie te va a costar mucho levantar esa impresión subjetiva y probablemente inconsciente que el entrevistador tiene de ti.
  16. Habla, pero sobre todo ¡escucha! Puedes tirarte hablando horas ¿pero estás seguro que estás hablando sobre lo que le interesa al entrevistador? Puede que estés hablando de algo poco interesante y te estés olvidando de lo más jugoso. Para saber eso necesitas sacar toda la información que puedas (de ahí la importancia de preparar la entrevista), y sobre todo, escuchar al entrevistador que siempre te dará alguna pista, quiera o no.
  17. No te pongas nervioso. Sí, has llegado tarde, vale, no has dormido bien. El perro se te comió los deberes. A nadie le importa. Te juzgarán por lo que vean en esos escasos minutos, no por lo que realmente eres. El entrevistador no es adivino, no tiene super poderes, no le ha entrenado la CIA. Pónselo fácil y dale lo que busca.
  18. Olvida los tópicos y los malos consejos. Si eres una chica y vas con un escote arriesgado y una minifalda, probablemente incomodes al entrevistador. Si eres un hombre y parece que vas comiéndote el mundo, casi con total seguridad el entrevistador piense que no eres la persona adecuada.
  19. El entrevistador es tu aliado, no tu enemigo. Ayúdale a darse cuenta que eres el mejor candidato posible, escúchale, colabora con él, y dile la verdad. Nadie es perfecto, y él lo sabe, por eso deja claro dónde cojeas y dónde eres fuerte, para que vea quien eres realmente y pueda valorarlo. Si pareces perfecto en todo, sabrá que le ocultas algo. La gente empatiza más fácilmente por aquellos que son humanos, no por las máquinas perfectas.
  20. Si ves al entrevistador envarado, incómodo, muy joven y nervioso, piensa que a lo mejor es su primera entrevista. ¡Ayúdale! Pero nunca intentes gobernar la entrevista, atente a tu rol de entrevistado, quizás no tenga claro cómo hacer una entrevista de trabajo, pero la hará igualmente.
  21. Dinero. ¡Ahh!, ese gran tema. Todos pensamos siempre en él y luego lo evitamos como la peste en las entrevistas. Que gran paradoja. Si acaba la entrevista y no te han hablado de condiciones económicas puede ser por dos razones: uno te lo contarán en una segunda entrevista, dos, esperan que trabajes por «lo que te den». En ambos casos convendría que levantaras la liebre -al final de la entrevista- y demostraras un sano interés por ese dinero, si no corres el riesgo de que empiecen negociando a la baja. Si nada más empezar la entrevista empiezas hablando de dinero, probablemente empieces con muy mal pie, no es inteligente empezar hablando de dinero.
  22. Horarios y condiciones. ¿Que pensarías si te presentan a alguien que te gusta y te pregunta si sueles llevar a tus novias a comer los domingos a casa de tus padres? Lo mismo pasa cuando nada más empezar la entrevista empiezas a hablar de horarios. Cada cosa a su tiempo. Las condiciones te las ofrecerán ellos, tu las aceptarás o no, quizás puedas negociarlas (sueldo, horarios, otras condiciones), pero no empieces imponiéndolas como condición porque causarás una imagen no muy favorable.
  23. La entrevista es bidireccional. Sirve para que te conozcan, pero también para que tú sepas en donde te vas a meter. Si el entrevistador te mira descaradamente el escote, no se preocupa lo más mínimo por tus respuestas y es impertinente ¿crees que el resto de la organización va a ser mucho mejor?
  24. Aprende a dar la mano como dios manda. Si das la mano como si fuera un pescado muerto, o de forma indecisa, causarás muy mala imagen. Este consejo es igual para hombres que para mujeres.
  25. Vístete acorde a la empresa que vas a visitar, pero nunca vayas más casual que ellos. Siempre mejor «ir de boda» y que ellos vayan con zapatillas y camisetas que al revés. Si, Zuckerberg va como un mendigo, pero tú no eres Zuckerberg, y no, España no es Sillicon Valley.
  26. Sí, existen entrevistas «de estrés» donde te ponen a prueba. No son demasiado habituales, y los juegos perversos tipo «El método Grönnholm» son casi un mito. Se pueden sobrevivir si aplicas todos los puntos anteriores, incluido el de sonreír, no mentir ni inventar y mantener el tipo.

Fases de una entrevista.

Obviamente cada organización tendrá diversas etapas, diferentes personas, roles, diferentes aproximaciones, etc, pero siendo muy generalistas podemos decir que hay cuatro fases, que muchas veces se pueden fusionan en dos o tres:

Selección de CV

  • Separar la paja del grano. ¿No esperarás que en una oferta donde se reciben 500 currículums una persona va a dedicar tiempo a deducir los matices de tus palabras? No, no son adivinos, y tienen muy poco tiempo. Si tu currículum tiene siete páginas, sólo leerán la primera página, y si no les «llama» lo pondrán en el montón de «descartados».
  • Adapta tu currículum. Se nota muchísimo cuando alguien ha modificado el CV para adaptarlo a la oferta. Y como se nota, llama la atención y se lee con más detalle lo que hay dentro. Un currículum es lo primero que ven de tí, dedícale tiempo, atención y cariño.
  • Escribe una carta de presentación. Implica -obviamente- que es algo que escribes ex-profeso para la oferta de empleo y permite apreciar claramente que has dedicado tiempo y atención a investigar a qué se dedica la empresa. Aprovecha para resaltar muy brevemente lo que puedes aportar.
  • No aburras. No hace falta que cuentes con detalle las técnicas de llevar copas que conoces, vale con que digas que trabajaste de camarero.
  • No te dejes datos relevantes de tus actividades fuera de currículum. Si te dedicas al desarrollo y aprendiste Python por tu cuenta, dilo. Si eres cuentacuentos los fines de semana, aprovéchalo. Puede que los otros 50 candidatos con exactamente la misma edad, experiencia y formación que tú, pero no sepan contar un cuento. Es útil, créeme.
  • Diferénciate. No sabes lo parecidos que se vuelven los currículums cuando llevas leídos doscientos.
  • No te flipes. He visto algunos currículum que no creerías. Recuerda, antes de hacerte el guay, tienes que demostrar lo que vales. No todo vale para llamar la atención.
  • El que revisa el CV no tiene porqué conocer el tipo de actividad por el que se oferta el empleo: Si en la empresa necesitan un «desgarchador de frisoles» asegúrate de que algún lado pone exactamente esa palabra y tiene sentido y coherencia con el puesto que desempeñaste. Esto es como el SEO de Google, si lo pones en varios sitios, más puntos, si lo pones demasiado, puede ser contraproducente.
  • En general, si vas a estar mucho mas cualificado que tu jefe, y tienes mejores estudios, experiencia, conocimiento y eres más alto, mas listo y más guapo que tus superiores, por regla general, no te seleccionarán. Lo siento, la vida es así. Recorta tu currículum para rebajarlo a nivel acorde al puesto que optas. La sobrecualificación es un problema incluso mayor que la infracualificación.
  • Pon foto en el currículum. En un mundo ideal nos juzgarían por lo que somos por dentro, pero en el mundo real, trabajamos con personas y nos guste o no, para hablar nos miramos a la cara. Usa una foto profesional y que se parezca a ti o en la entrevista lo primero que te dirán es «No te pareces nada a la foto», un mal comienzo.

Entrevista psicotécnica

Poco que decir. Básicamente, no te hagas el listo. Casi todos los tests están preparados para detectar intentos de trampear o falsificar tu verdadero yo. A no ser que sepas que tienes ciertas tendencias o enfermedades psicológicas o que tengas un coeficiente intelectual bajo, no va a determinar gran cosa, no buscan que seas una máquina, sino detectar casos conflictivos para el puesto en concreto. Hay gente que se prepara a conciencia estos test, quizás debieran prepararse mas las otras entrevistas.

Entrevista técnica

Generalmente con el que será tu jefe directo o un compañero de trabajo con experiencia. Intentará medir tus nivel de conocimiento actual con algún tipo de problema ingenioso o sobre algún caso práctico. Si no has mentido sobre tus habilidades no deberías tener muchos problemas, si no no te habrían llamado.

El huele almas

Tiene varios nombres, pero generalmente incluye a una persona con cierta experiencia que te mira a los ojos, te hace preguntas y se lleva una impresión de ti. Los hay que pueden ver el aura, los que perciben la personalidad a través de preguntas aparentemente inocentes, los que te cuenten un chiste y perciben la asimetría de tus ojos cuando ríes. Puede parecer simpático, ser seco o hacerse el despistado pero su trabajo es llevarse una impresión de tus capacidades y de tu personalidad. Esto le llevará a dar un veredicto: encaja o no encaja. Sin más.

Selección final

Después de ir «tirando» a candidatos en todas las fases anteriores, queda una terna de finalistas. A veces se decide hacer otra entrevista para despejar dudas, pero aquí es donde entran criterios subjetivos. Aún en el caso de empate suele decidir «la impresión general». Si las entrevistas las han llevado a cabo personas diferentes, probablemente se reúnan para escoger al candidato entre todos, en un pequeño debate.

Conclusión

Las entrevistas son un proceso vital para establecer una relación profesional. Mucha gente no se las prepara por ignorancia, pero se puede decir que es lo más parecido a una primera cita. No es causar una buena impresión solamente, se trata de darse a conocer e intentar conocer a la otra parte para saber si hay futuro o es mejor que no lo haya.